jueves, 14 de enero de 2016

Martín Mandra



En jugadores como este, nació el "histeriqueo del fútbol", basado en darle de probar de tu buen juego al club que te contrata, y después irte para hacer el mismo jueguito en otros lares. Quedás inmortalizado en tu ex-equipo y te reciben como los dioses en tu nueva casa.

Algo casi como eso pasó con Martín Mandra, este atacante que dejó un lindo rastro por donde pasó con su limousina casa rodante. Eso tiene su costo: dejó la secundaria a tempranas edades para probar suerte en las inferiores de Racing. Ya a los 19, los privilegiados correntinos de Mandiyú se dieron el lujo de ser su primer rival en la Primera División. Era el comienzo de una etapa felíz. Pero el primer segmento fue por demás de corto, porque a los 9 partidos Brindisi le dio el raje, dejándolo disfrutar de 2 goles que para empezar, eran aceptables. "Te vamos a extrañar" le dijo un simpatizante de lacadé.

Pero en Nueva Chicago no son nada tontos, y lo agarraron del brazo apropiándoselo ni bien lo desalaron en Avellaneda. El tipo, eternamente agradecido, clavó más de un gol cada 2 partidos de los 28 que jugó. Transcurriendo 1997, se transformó en el jugador más pago felíz de la B Nacional.

Los dirigentes del Torito sabían que era insostenible su estadía en la segunda categoría, y Ferro echó las garras sobre él para llevárselo. ¿acierto? ¡por supuesto! porque tras su buena temporada cabalgando el Caballito, cumplió su sueño de partir a Europa y ser contratado por Rayo Vallecano. Y viceversa. Una pena para los hinchas del verde.

Sin dudas vivió allí el acontecimiento más lindo de su carrera: la llegada del nuevo milenio. Porque de fútbol, ni hablar. 2 partidos bastaron para marginarlo y decirle chau. Pero los gallegos, felices eh!

Pero no lo iban a sacar tan rápido de la Primera División. Porque el Paniliakos de Grecia (cuando no estos helenos) le ofreció quedarse un año en sus tierras. No cumplió con sus expectactivas, porque hizo 6 goles en un año, pero los griegos quedaron chochos de que se haya sacrificado por ir a tierras tan inhóspitas. "vení a visitarnos" rezaba el pasacalle colgado en el aeropuerto.

Martín había decidido dejar de priorizar el engorde de su cuenta bancaria en lugar del cariño a su país. Y había un equipo que lo estaba extrañando mucho. Y como ascendió a la A, era en lugar de volver "por amor al club". Nueva Chicago se hizo con sus servicios para el Apertura 2001, y empezó muy bien. Con la ayuda de sus compañeritos Topo y Gomito Gomez, hizo un lindo doblete frente a Talleres, un gol a River, otro a Newell´s y a Central. Pero para el 2002 se le acabó la "nitro" y solamente pudo convertir un tanto. Por segunda vez en su vida compartió plantel con Leonel Martens, lo que produce un sentimiento inexplicable para cualquier mortal.

Igual, las estadísticas no dejaban de darle la derecha para ir por fin al fútbol rosarino. Rosario Central estaba ansioso por sacarle el jugo. Y vaya si lo hizo:  otro doblete a la T, dos goles más y...se le acabó el jugo. Porque como el año anterior, tuvo un Clausura 2003 que te lo regalo. Pero si le preguntás al rosarino futbolero, te dice "era un buen jug...un buen tipo, sí"

Guarda, que este muchacho contrata unos asesores en marketing impresionantes, porque su paso por el "canalla" le dio vía libre para acoplarse al Nüremberg germano. Pero la mentira tiene patas cortas: 1 partido y a mudarse nuevamente (eso sí, con un fangote de guita en el bolsillo).

Indudablemente, recorrer el Viejo Mundo te da un poco de crédito para seguir haciendo andanzas por este bello deporte. Gimnasia de la Plata se creyó el cuento del tío y le hizo firmar un contrato creyendo que lo estaba estafando a él. Pero todo salió mal porque apenas disputó 7 encuentros y no la embocó nunca.

                                                                                     Así es la vida, Martín. Inhale, exhale.

Nueva Chicago se aferró al pasado y se lo llevó, tirando un gran manotazo de ahogado de cara a la pelea por la permanencia. Nuestro hombre no pudo convertir más que dos goles en el semestre. Descenso y cortocircuito para siempre. Avergonzado, se exilió en tierras incas y recaló en San Martín de Porres, donde se dio una nueva oportunidad para el segundo semestre del 2004. Tuvo un mejor desempeño y pudo armarse de valor y volver a Argentina.

Nuevamente lucharía el descenso, y esta vez la cuestión sería crónica, porque lo esperaba nada menos que Huracán de Tres Arroyos, en su corta experiencia por la Primera. Apenas jugó 4 partidos, aunque está completamente justificado, porque eran su competencia el "novillo" García, "bibi" Gonzalez y "extranjero" Vannieuwenhoven. A no quedar en ridículo otra vez, y a saber irse antes de tiempo, se ha dicho. Y el segundo semestre lo hizo vistiendo la casaca de Belgrano de Córdoba, en la B Nacional. Tampoco le fue bien. Marcó 3 goles, pero es demasiado poco para un hombrecito que jugó en Rayo Vallecano.

Hablando de España, Mandra aprendió de su paso por Europa y escuchar esa palabra era sinónimo de euros. Entonces, ni lerdo ni perezoso, convenció a Melilla de que importase sus goles exquisitos lo contratase. Pudo convertir 6 goles en la segunda división B (tercera) en el término de un año. Y para completarla, la siguió en la serie D italiana jugando para el Barletta, donde no pudo inflar las redes.

"Por eso canción llévame lejosss, donde nadie se acuerde de mí..." ¿y dónde podía hacer realidad el famoso tema de Babasónicos? en Ecuador. Y en realidad, conoció una segunda cara de sí mismo. Porque el Deportivo Azogues le dio una linda chance de contraerse enfermedadesrecuperar su cuota goleadora. No decepcionó, llenó la canasta 11 veces sobre el arco adversario (¿hacía falta aclarar el arco?) y le dio el pasaporte para migrar a Quito y jugar en el otroDeportivo. Aquí consiguió dos importantes alegrías de su carrera, obteniendo dos veces consecutivas el campeonato local. Y en parte gracias a él.

                     Mandra, triste por contraer dengue. Andrizzi, felíz por su reciente Copa Sudamericana en Arsenal de Sanrandí. ¿ah, es al revés? (*)

Manta quería comprobar si le quedaba algún resto, y le sacó lo último, porque cuando volvió a Quito al año siguiente, colgó los botines. En definitiva, una carrera que le encantaría hacer a cualquiera, y qué más lindo que hacerse desear y dejar tus buenos recuerdos.

(*) Foto extraida de www.enunabaldosa.com

Fernando Cafasso


Año 2004. El Newell´s que buscó el campeonato con los colombianos ya se resignaba a que el sueño no fuese realidad. El Bambino Veira abandonó a sus “pichones” apenas de comenzado el Clausura y Gallego llegaba con el pecho (y algo más) inflado como el salvador. No hizo buen papel durante el semestre, pero ante tanto caos y desilusión, aparecía una lucecita de esperanza en las juveniles.

De sopetón, sin haber pasado siquiera por el banco de suplentes, Fernando Cafasso hizo su presentación como lateral izquierdo, posición que venía más inestable que de costumbre. Un lugar que ni Adinolfi, Lucero, Ré o Iriarte, habían logrado poseer con firmeza durante el transcurso del año.

La fecha 5 fue la de su debut, ante Arsenal, en la que empataron 1 a 1 y salió reemplazado por el ascendente Belluschi, ante su amonestación y la necesidad del triunfo. Gallego le renovó la extensión de la tarjeta de crédito confianza en Bahía Blanca versus Olimpo, partido de idéntico resultado. Pero su mes de prueba terminó en la derrota ante Colón, en la fecha 7. Allí fue sustituido a más de 30 minutos del final del partido. El sueño del pibe culminó y debería esperar un buen rato para volver a jugar. Pero ya no sería en la Lepra.


                                                "Pero este pibe tiene cabeza?"

¿Qué se podía esperar de “Fer”? Por lo pronto, tener la mala suerte de que Newell´s saliese campeón justo cuando abandonó la institución (sospechamos que era necesaria su salida para que Dios se apiadara del rojinegro). Pero el sería muy felíz con su mochila y sus dos mudas de ropa en el noroeste. Atlético Tucumán (y alguna changa por la noche, quizás) fue su destino, donde disputó el competitivo Argentino A. Y por si esto fuera poco, iba a jugar junto a grandes figuras leprosas como Urbina, Jorge Gonzalez, Di Giambatista, Uranga, Seri, Bertorini y Martorell. Esto es más que Disneylandia. ¿más? Fue titular, jugó 39 partidos y…¡metió un gol! En plena pelea por el ascenso, Douglas Haig fue el humillado en un tiro libre.

                   
Ya a mediados de 2005, un Tiro Federal sorprendido y asustado por el desafío de la Primera Divisiónestaba urgido por armar aunque sea un equipo de 11 jugadores para afrontar el Apertura. Así, empezó a buscar futbolistas donde no los había. Entonces cayeron Vivaldo, Aquino, el chavo Ruiz, los Adrianes Romeros, Buján, Tilger…y también se sumó nuestro Fernando, dispuesto a dar una mano y cubrir el lateral, aunque sea con esos 3 partidos que ya eran parte del pasado como experiencia en primera. Y obviamente, aprovechar la gran revancha que le ofrecía el destino. Con lo que tuviera.


                    "Si no zafamos con jugadores como este, me tiro del puente Rosario-Victoria."

Apenas hubo recambio en su puesto, así que la mayor parte del campeonato los distintos DTs requirieron de su presencia con suma necesidad. Aunque el equipo estaba más hundido que el Titanic desde el vamos y haya descendido a 6 fechas del final del Clausura. Obviamente, convertir un gol estaba lejos de su alcance para ese entonces.

Ya con esto tenía un lindo currículum armado para equipos recién ascendidos, por eso consiguió trabajo fácilmente en “La Felíz” al aceptar una jugosa oferta deportiva de Aldosivi, que tenía como más reciente antecedente el ascenso a la B Nacional de mediados de 2006. Ojo, que en esta ocasión el equipo logró permanecer, eh! Obviamente, como era de esperarse, todo se definió en la última fecha. Cafasso se quedó medio año más, llegando a cumplir a fines de 2007 un total de 45 partidos y 3 goles fantásticos. Como plus, consiguió autógrafos de sus compañeros de equipo Mariano Mignini y el gran boliviano Roger Suarez.

Con el ego que le proporcionó esa continuidad, sumada al meritorio hattrick, consideró que era el momento de subirse el trampolín y dar el gran salto al exterior. En efecto, no faltarían pretendientes de categoría. Pero el viaje fue cortito, porque fue Guaraní el que obtuvo el privilegio de tenerlo entre sus filas para disputar el torneo paraguayo. ¡Y qué mala suerte que no haya podido disputar competiciones continentales! ¿saldo de nuestro héroe por el extranjero? 23 partidos y 4 goles en un año, demasiado satisfactorio teniendo en cuenta que los buenos paraguas lo invitaron a regresar a una Primera División.

Pero una vez avivados, en Asunción decidieron buscar algún chivo expiatorio en el viejo mundo que se los sacase de encima. ¿el arma? El gran pasaporte comunitario tano. ¿el blanco? El pobre Treviso, equipo italiano que hacia 2009 no tenía forma de enterarse que existía el fútbol en otros continentes, pero al que le supieron vender un buen buzón. 


"Apuren muchachos, tiene que quedar todo perfecto para su llegada"

¿y qué se podía esperar de un club refundado minutos antes de la contratación de nuestro hombre bajo el nombre de Azzociazione Sportiva Dilettantistica Treviso 2009? De todos modos, solo hicieron uso de Cafasso en situaciones de emergencia. El chico jugó 10 partidos (7 desde el banco, ¡mamita!) y logró convertir un gol en la serie B, delante de un estadio con capacidad para 10001 personas. ¡sí, sí!. Lástima que fue un gol que no sirvió para nada, pues los superiores del Sassuolo ganaron 3 a 2.

Superada esta época narcisista, ahora había que levantarle el ánimo nuevamente. El mérito del psicólogo estuvo en recomendarle viajar a un país con menos sentimientos hacia el fútbol. “bueno, vamos a Grecia”, repitieron al mismo tiempo un buen día de julio de 2009. Con los reemplazos realizados en Italia bastó para obtener un buen laburo dentro del plantel de Ionikos, muy bondadosos ellos ofreciéndole la casaca 26. Fue un añito divertido, porque estuvo lidiando una vez con el descenso, en este caso, a la tercera categoría. Jugó 7 partidos de liga y otro de copa, completando un gol que le daría un impulso más para continuar con su carrera (ob-via-mente que no le dieron más cabida y tuvo que irse para otros pagos).


                             "Ohhhh, gracias por volveeeer, por volverr, por volveer, gracias por volveeeer..."

Pero lo humano también juega, y era evidente que entre Guaraní y Cafasso existía una vieja interdependencia que se formalizó en contrato a mediados de 2010 y que duró mucho tiempo, digamos…6 meses. Con la oportunidad de jugar 2 partidos de Copa Sudamericana, totalizó 10 cotejos y otro gol a su cuentita personal.

¡Pero acá se viene lo lindo! Porque se avivaron de las dotes de Fernando nada menos que en el país de Drácula: El Gloria Bistrita rumano estaba necesitando de un buen valor en la franja izquierda hacia 2011. ¿para qué? Para evitar el descenso a la segunda división. Y, contento, accedió al desafío. Le dieron 8 partidos que jugó casi a tiempo completo. Pero a pesar de sus dos goles, “La gloria” sufrió el trago amargo de la pérdida de la categoría.

Los dirigentes hicieron una gran apuesta reteniéndolo a pesar de su alto costo, e hicieron uso de sus servicios en 22 partidos más. La empresa valió la pena, pues Fernandito tuvo su alegría: el regreso a la Primera. Obvio, eso no se hubiera dado sin su aporte casi cabulero de un golcito. Para la temporada que siguió, a mediados de 2012, no se dio este suceso a pesar de su titularidad y lógicamente, le dieron su patada en el trasero antes de nochebuena.

Finalmente, el indispensable marcador izquierdo regresó a la Argentina el año pasado para calzarse la camiseta de Tiro Federal, pero esta vez de Bahía Blanca. Y mal no le está yendo, juega, mete goles y su equipo es protagonista. Claro, estamos hablando del Argentino B. Era hora de que te amoldaras en algún lugar ¿no?