viernes, 2 de agosto de 2013

Juan Grabowski



                        
                       
                        Juan Grabowski

                         

Hay gente que nace para ser mochilera. Viajar a dedo, probar suerte, hacerse la América. Eso es lo que decidió hacer de su vida el "ruso" Grabowski, un blondo jugador de fútbol modelo 82, que ya desde hace casi 10 años viene de migración en migración y levantándola en pala trayendo dólares alfajores y comiendo chipá como almuerzo.

Obviamente, de chico, los viajes y los gustos te los pagan tus viejos. Ese fue el rol que cumplió Rosario Central en su obligación de enseñarle a jugar bien al fútbol darle cobijo y sus primeras herramientas en este deporte. Podemos observar como después de madurar participar varios años en las juveniles, Ariel Cuffaro Russo confió recurrió a él y a otros pibes de la reserva en la segunda mitad del año 2005 para disputar un partido del torneo local frente a Lanús, mientras el equipo principal esperaba por el duelo de vuelta frente a Newell´s por la Copa Sudamericana. Los jugadores de emergencia no le fallaron, pasaron como un torbellino sobre la férrea resistencia del "granate" y le ganaron 4 a 0. 

                                                  

Uno que yo sé andaba sacando pecho por su rubiecito goleador.

No fue cualquier partido para Juan, porque aparte de ser su primer partido, debutó en la red con una jugada maradoniana incluida necesitando apenas soplarla. Y sí, el que no la metía esa noche es amigo de Gianfelice (¿?). Pero ojo, que ya tenía 23 años. Y si a su edad los jugadores no tienen continuidad, se los echa de casa y "vaya a hacer su vida". Grabowski apenas tuvo la chance dos ocasiones más en ese torneo, teniendo que esperar que los reyes magos le regalen un buen 2006.

Ese año el querido Zof no le daría el gusto de pisar el Gigante durante el Clausura, pero sí lo dejó jugar la Copa Libertadores, cumpliendo su sueño de alcanzar el roce internacional. Además de enfrentarse a Cerro Porteño y al bueno de Achucarro, tuvo sus minutos de goce frente a Palmeiras. Pero se le dio de hacerse el rebelde y pegó el portazo: "voy a hacerme hippie...me voy de esta casa". "Daale, ya vas a volver", contestó Scarabino. 

El pibe le metió para la Ruta 11, rumbo al norte, y levantado por un camión de troncos, llegó a Chaco, más precisamente Resistencia. "acá voy a hacer mi vida". Descubrió que existía un club, se probó, y después de un largo debatir de la CD, quedó. Se trataba de Sarmiento, club del Argentino B. Allí pudo darse el gusto de jugar unos picaditos. Pero tenía razón papi. A los meses, ya en 2007, no aguantó y se pegó la vuelta. Central, entre tener que mantenerlo y la necesidad de rellenar el plantel, miró el vaso medio lleno y le ofreció el sótano para dormir en las noches quedarse un tiempo más durante la dirección técnica de "pipo" Gorosito. Fue un mal año para Grabowski, que apenas pudo disputar 2 partidos, pero se dio el gusto de subir 3 categorías (¿?).

                                                                  

"No veía la hora de que se fuera. Es una sanguijuela".

El perro arrepentido ahora tuvo que partir de nuevo porque lo sacaron de una patada de su casa, y armó su agenda en función de sus nuevos planes sin saber que hacer agarró la mochila, la coca y el gorrito colla y recaló en Bolivia. Un club de jerarquía mundial como Oriente Petrolero se fijó en el hacia 2008 y lo utilizó mucho durante el año (el club no disputó copas internacionales ese año, así que los papelones no fueron televisados al continente). Si bien tuvo continuidad, él se hizo el interesante y se marchó rumbo a su país continuando con su vida de bohemio.

Pero, conciente de sus aptitudes limitaciones, no ancló en Rosario sino que paró ahí nomás, en Las Parejas. La idea era buscar clubes donde fuera el protagonista principal, así que Sportivo fue el escenario ideal para ese 2009. Hizo un papel suficientemente aceptable como para que el mercado internacional ponga los ojos en él y se lo quiera llevar. 

Lamentablemente Total Chalaco de Perú no tenía dinero para pagarle el avión, pero él, acostumbrado a la trashumancia, hizo el camino por tierra. Los hermanos peruanos, obvio (¿?), esperaron el tiempo necesario para que viniese un jugador de su jerarquía. Ellos estaban avisados de su prontuario, pero confiaban ciegamente en su incorporación rumbo al 2010. A pesar de su presencia Para pena de los hinchas, el flamante ascendido descendió. Juancito se fue y en consecuencia el club se disolvió.

Pero la vida da revanchas y sorpresas. Y tenía que llegar en Chile, sino...¿en dónde? El Coquimbo Unido, eterno equipo de la B, contrató al jugador, le dio continuidad, y se dio el gusto de firmar una renovación de contrato en su vida. Para contársela a los nietos. Eso sí. No quiere jugar en Primera División. "porque soy re heavy re jodido".


domingo, 28 de julio de 2013

Matías Miramontes

                     Matías Miramontes


        Tenemos aquí a uno de esos footballers a los cuales su dios le tiró desde el cielo un pasaporte de la Unión Europea y le dijo "Para vos, querido. Trotamundeá". Nacido él a fines de 1981, sus padres tomaron ese mensaje como un regalo, lo que los llevó a decidir enviarlo a una escuelita de fútbol donde desplegara sus bellas artes.

Fue Temperley su primer hogar futbolístico, que lo cobijó al fin y al cabo durante su adolescencia y su llegada a Primera División (B). Al fin y al cabo se pudo dar el gusto de jugar en la segunda categoría, antes de que su equipo sufriese el descenso. Pero evidentemente la divisional le quedaba chica, tanto es así que hasta los grupos capitalistas pusieron foco en su buen juego y sacaron intentaron sacar provecho.

La varita mágica del pasaporte comunitario dio rápidamente sus frutos, más específicamente en 2003, cuando el Venezia se enteró de la existencia de un diamante en bruto en el ascenso argentino y fue rápidamente a buscar sus servicios. La familia, chocha. Y mal no le fue, aparte de apoderarse de un vagón de plata, jugó muchos partidos (y algunos inclusive enteros).

Uniao de Leiria sería su próximo destino dentro del viejo mundo, donde, para entusiasmo de la gente, tendría su primera oportunidad de estar en una Primera División, y nada menos que en la portuguesa. El presidente se sentía confiado, e hizo bien, porque su equipo finalizó 7º. Pero poco tuvo que ver Miramontes en esto, porque apenas pisó la cancha en 12 encuentros, sin marcar un solo gol.

Semejante temporada, sumado a la presión que su ex-compañero Gastón Aguirre ejerció sobre Lopez (¿?), lo sedujo a Pumpido, que no dudó en incorporar a Newell´s a Miramontes hacia el invierno del 2006. Evidentemente no se equivocaba: el muchacho fue noticia principal de las tapas de todos los diarios rosarinos. Sería un interesante paso en su carrera, cruzándose con elefantes del fútbol como Mauro Cejas, Sebastián Arrieta y Edwin Chalar.

Debutó tardíamente en una fecha 12 en la que Banfield despedazó al leproso, venciéndolo 4 a 0, gran día de Cvitanich incluido. Miramontes ingresó a los 20 del segundo tiempo, no teniendo suficiente tiempo para revertir la situación. Con idéntico tiempo en cancha, fue partícipe la semana siguiente de un gran triunfo sobre Central en el Coloso. Pero apenas disfrutaría de 81 minutos más en el terreno de juego durante el semestre, incluidos 2 en el partido de La Noche Del Fantástico, en la que Newell´s igualó en 4 contra Estudiantes. Con esto, el susodicho logró jugar la suma de 15 partidos.

   Aquí se puede observar a nuestro amigo transpirando la camiseta como de costumbre. Tuvo 16' para hacerlo.  

Similar marca de cotejos disputados alcanzó en el semestre 2007, distribuyendo los 53 minutos donde tuvo oportunidad de demostrar sus innegables condiciones. Se lo recuerda en el empate frente a River en 3 por la segunda fecha, por haber entrado con el tiempo cumplido (¿?), entregando así su aporte a la causa.

La vergüenza de haber estado en un equipo donde sus compañeros perdieron 18 partidos en la temporada, lo llevó a buscar nuevos horizontes. Fue Gimnasia de Jujuy el interesado en tenerlo como talismán para la permanencia, pero sus necesidades hicieron que tuviera que ponerlo en cancha en 26 oportunidades. ¿llenó la canasta? no. Pero el Lobo continuó con las agonías a la que nos tiene acostumbrados, y siguió en la A. Otra positiva fue la buena suerte de que Fabio Pieters, Juan Arraya, Luis Escalada y Héctor Desvaux, humildad mediante, hayan compartido mates y apunamientos con Miramontes.

SIn embargo, sabía que daba para más, y a mediados de 2008 arregló el contrato con el temible Ancona de la serie B italiana. Una vez más, ese pasaporte estuvo de su lado. También el viento lo acompañó, ya que convirtió 11 golazos goles en dos años en la institución. Y obvio, la locura del entrenador de incluirlo entre sus tenidos en cuenta.

Ese anexo a su currículum no fue suficiente para descender una categoría e integrarse al Cremonese en la C. Junto con Triestina, nuevamente en la B, fueron víctimas de su arribo. En Italia las lecciones de los clubes compañeros de categoría no se aprenden, y Frosinone no fue la excepción: más allá de los gastos de tener que mantenerlo, le dio también cabida en el campo de juego: 16 partidos (sí, sí, acertaste: ningún gol).

Recientemente en 2012, le agarró desesperación por volver al lugar que lo vio nacer futbolísticamente, y junto a Gastón Aguirre, se embarcó en una nueva aventura, queriendo mostrar lo aprendido (¿?). Obviamente, estamos hablando de Temperley, donde su presencia atrajo a los grandes medios de comunicación. Bueno, valió la pena, porque se dió el lujo de enviar el centro/asistencia del triunfo sobre nuestro Central Córdoba.